viernes, 22 de febrero de 2013




El tabaco es el elemento, pero el humo es la esencia de todo, si no fuese por él no habría magia alguna. Fueron muchos los rituales que abalan esto y muchas civilizaciones lo han dejado claro..( hasta nosotros, lo que metemos al cuerpo, es humo ). Los Mayas , civilización sofisticada y demasiado sangrienta, en su cultura el tabaco estaba vinculado a la oración y a la comunicación con los dioses. Fumar para ellos era un acto solemne y lo usaban para la comunicación divina. La sangre de las víctimas de sus rituales para sus dioses, era empapada en tiras  que luego quemaban para que esa sangre pudiese ser devuelta a las divinidades  a través  del  humo. Pero también lo hacían como un consumo vinculado al placer, sus restos culturales así lo demuestran. Tras ellos, en México, como herederos de ellos, florece hasta la conquista hispana en el XVI, otra gran civilización. los aztecas. Para ellos el tabaco formaba parte de remedios contra varias enfermedades, pero también como componente mágico. El remedio para la gota consistía en un baño de pies a base de hojas de tabaco pisadas con hormigas y, piedras blancas y rojas machacadas     , pedernal blanco y carne de zorro y sus excrementos   (para pillar un tifus ) asado a fuego.                             Para los aztecas el tabaco está vinculado a la sangre y a la guerra, asociado con el sacrificio de miles de prisioneros  a la mayor gloria  del dios Tezcalipoca. También en ellos está el consumo alejado de los rituales mágicos o religiosos. Cuando Hernán  Cortés hizo prisionero  a Montezuma , último de los emperadores aztecas, le permitió  seguir con sus costumbres habituales, entre las que se nombra el fumar después de las comidas. El cronista  Bernal  Díaz  del Castillo lo relata así:
   Sobre la mesa  se colocaban  tres tubos  pintados  y cubiertos de oro  que contenían ciertas hierbas  que denominaban tabaco, y cuando  había comido, y después  de que hubieran  danzado  y cantado para él y la mesa estuviera recogida, inhalaba el humo de uno de esos tubos.

 Primera prueba escrita de la costumbre de fumar después de la comida, ceremonial muy elaborado que da relevancia  a la propia acción y la coloca destacada  dentro de la sociedad azteca.









5 comentarios:

omar enletrasarte dijo...

muy interesante Marcelo, saludos

Anónimo dijo...

El tabaco es la hombre lo que el humo a su alma...

Besos.

MTeresa dijo...

El tabaco como receptáculo social,
yo lo he vivido
durante mucho tiempo,
he sido gran fumadora
y recuerdo que era un gran placer.
En poco tiempo,
ha quedado relegado al olvido,
es nocivo, ya se sabe,
pero ha formado parte de nuestra vida.
Me gusta esta pequeña historia que
nos acercas, gracias.

Katy dijo...

Este post se me pasó. Imperdonable,sin embargo recuerdo haber visto la vasija. Igual mi comentario no salió.
Un abrazo

David dijo...

Soy de observar y leer muchas cosas del pasado y me importan los grupos de indígenas que gobernaban nuestro continente. Sobre todo me resulta muy interesante la civilizacion aztecas y por eso trato de averiguar en internet fundamentalmente sobre esta sociedad